Recordar, Repetir y Reelaborar
- Causa Psi
- 12 dic 2016
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El artículo de Freud Recordar, repetir, reelaborar fue publicado inicialmente en el año 1914. En él se introduce el concepto de «compulsión de repetición».
Empieza recordando al lector las “profundas alteraciones” experimentadas por la técnica psicoanalítica desde sus inicios. En un primero momento (catarsis breueriana) se enfocaba en el momento de la formación de síntoma y un empeño para reproducir los procesos psíquico de esa situación. luego se renunció a la hipnosis, reemplazadas por las asociaciones del paciente, y la “resistencia” se sorteaba mediante la interpretación, pero se mantenía el enfoque en la situación en que se formó el síntoma. Mas tarde conforme a la evolución de su teoría, se renunció a hacer foco en una situación o problema y se recurre a la interpretación para “discernir las resistencias” y “hacérselas conscientes” al paciente.
Lo que no cambió, afirma el autor, con todo ello es la meta: “llenar las lagunas del recuerdo”, “vencer las resistencias de la represión”.
El olvido (recae sobre impresiones, escenas, vivencias) es la mayoría de las veces un bloqueo, dice Freud. El paciente agrega en general al recordar que lo sabía pero no se le había cruzado por la cabeza. También existen fantasías, “procesos de referimiento”, mociones de sentimiento, nexos, que no fueron olvidados, pues nunca fueron conscientes, pero se pueden recordar. Además, existen vivencias, de un tipo particular, tempranas, incomprendidas, pero inteligidas después; las cuales no se recuerda, pero retornan en sueños, por ejemplo.
Comparando las “técnicas” de un momento a otro, escribe, respecto de la ulterior: «el analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace”[1].
Se enumeran a continuación algunos ejemplos:
1) el analizado dice no acordarse de haber sido desafiante e incrédulo ante la autoridad parental, pero es así como se comporta frente al analista.
2) no recuerda haberse quedado atascado en su investigación sexual infantil, pero presenta sueños confusos, se queja de que no le salen las cosas y se dice que es su destino no acabar con ninguna de sus empresas.
3) no se acuerda de haberse avergonzado por sus quehaceres sexuales ni temido que lo descubrieran en eso, pero sí del tratamiento, al que guarda en secreto.
“En especial, él empieza la cura con una repetición así”[2]. Es decir, en lugar de hacer uso de la lengua, una vez que toma conocimiento de la regla fundamental, no sabe decir el paciente palabra alguna. Agrega “durante el lapso que permanezca en tratamiento no se liberará de esta compulsión de repetición”[2].
En un pasaje se identifican repetición y transferencia (o se subsume ésta en la aquella), la segunda es “sólo una pieza” de la primera, la cual “es la transferencia del pasado olvidado” no sólo sobre el analista. Esto implicará que la repetición no sólo tenga lugar en el exclusivo ámbito del tratamiento, sino fuera de él, pudiendo abarcar por ejemplo la elección de un objeto amoroso, por ejemplo.
Luego se dan precisiones sobre lo que repite: “Repite todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se ha abierto paso hasta su ser manifiesto: sus inhibiciones y sus actitudes inviables, sus rasgos patológicos de carácter” y “sus síntomas”[3].
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1 Freud, “Recordar repetir reelaborar”, en O.C., T12 Aorrortu, p152.
2 Ibíd p152
3 Ibíd p153

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