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La Adolescencia “Normal”

  • causapsi3
  • 24 oct 2016
  • 5 Min. de lectura

Arminda Aberastury ( 1910/ 1972) Psicoanalista Argentina. Pionera del psicoanálisis de niños y adolescentes. Su biografía está ligada a la historia del psicoanálisis de niños en la Argentina y en Latinoamérica. Comenzó de manera autodidacta y más tarde presentó diferencias tanto con Freud como con Anna Freud y Melanie klein.

La autora postula que el proceso de la adolescencia es una situación que obliga al individuo a re formularse los conceptos que ha adquirido hasta ese punto de su vida, acerca de sí mismo, sus padres, sus amigos, sus intereses, etc.; proceso que lo lleva a abandonar su parte infantil y a proyectarse al futuro como adulto. Define la adolescencia como “la etapa de la vida durante la cual el individuo busca establecer su identidad adulta, apoyándose en las primeras relaciones objetales-parentales internalizadas y verificando la realidad que el medio social le ofrece, mediante el uso de elementos bio-físicos en desarrollo a su disposición y que a su vez tienden a la estabilidad de la personalidad en un plano genital, lo que sólo es posible si se hace el duelo por la identidad infantil”. La conducta que se presenta durante el cambio se puede denominar como “patológica”, pero en realidad es normal la presencia de la misma durante este tiempo. Divide, a la adolescencia en tres etapas: Pubertad, Adolescencia media y Adolescencia tardía Y las características de dichas etapas varían de un sujeto a otro; nombra 10 características que se presentan durante este proceso:

1. Búsqueda de sí mismo y de la identidad. La identidad es una característica de cada momento evolutivo. El niño entra en la adolescencia con dificultades, conflictos e incertidumbres que se magnifican en este momento vital, para salir luego a la madurez con determinado carácter y personalidad de adulto. La búsqueda del si mismo y de la identidad va desde resolver la genitalidad, hasta la aceptación de la imagen corporal. Hay varios tipos de identificaciones por las que pasa el adolescente pero estas suelen ser transitorias, todas ellas sirven para encontrar una identidad real.

2. Tendencia grupal El adolescente recurre como comportamiento defensivo a la búsqueda de uniformidad, ya que esta le brinda seguridad y estima personal. Surge el espíritu de grupo al que tanto afecto le tiene el adolescente. El fenómeno grupal adquiere una importancia trascendental ya que se transfiere al grupo gran parte de la dependencia que antes se mantenía con la familia y los padres en especial.

3. Necesidad de intelectualizar y fantasear Una de las formas típicas del pensamiento adolescente es la de intelectualizar y fantasear, esto le sirve como mecanismos defensivos frente a las situaciones dolorosas de pérdida.

4. Las crisis religiosas Se refiere a que el adolescente puede manifestarse como un ateo exacerbado o como un místico muy fervoroso. Estas crisis son intentos de solución de la angustia que vive el “yo” en su búsqueda de identificaciones positivas y del enfrentamiento con la muerte.

5. La desubicación temporal El adolescente convierte el tiempo en presente y activo como un intento de manejarlo. Las urgencias son enormes y a veces las postergaciones son aparentemente irracionales. Vive su relación con el tiempo como un objeto, lo especializa para poder manejarlo. Cuando el adolescente logra reconocer un pasado y formular proyectos de futuro, con capacidad de espera y elaboración en el presente, supera gran parte de la problemática de este proceso.

6. La evolución sexual desde el autoerotismo hasta la sexualidad con un otro. Existe un oscilar permanente en esta etapa entre la actividad de tipo masturbatorio y los comienzos del ejercicio genital.

7. Actitud social reivindicatoria Se habla de la influencia de la sociedad en la conducta del adolescente y como el rechazo se puede producir en los adolescentes después de vivirlo con los adultos. Los ritos de iniciación por parte de los padres se presentan comúnmente en esta etapa de la vida.

8. Contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones de la conducta Su conducta esta dominada por la acción, es una personalidad permeable que recibe todo y que también proyecta enormemente, es decir que los procesos de proyección e introyección son intensos, variables y frecuentes.

9. Separación progresiva de los padres Una de sus tareas es la de ir separándose de sus padres, lo cual esta favorecido por el determinismo que los cambios biológicos imponen en este momento cronológico del sujeto. La intensidad y calidad de la angustia con que se maneja la relación con los padres y su separación de estos, estará determinada por la forma en que se ha realizado y elaborado la fase genital previa de cada individuo, a la que se sumaran las experiencias infantiles anteriores y ulteriores y la actual de la propia adolescencia. Si la figura de los padres aparece con roles bien definidos, en una unión amorosa y creativa, la escena primaria disminuye sus aspectos persecutorios y se convierte en el modelo del vinculo genital que el adolescente buscara realmente. Las figuras parentales no muy estables ni bien definidas en sus roles pueden aparecer ante el adolescente como desvalorizadas y obligarlo a buscar identificaciones con personalidades más consistentes y firmes.

10. Constantes fluctuaciones del humor y del estado de ánimo En la adolescencia se vive un sentimiento básico de ansiedad y depresión que lo acompañan Permanentemente. La intensidad y frecuencia de los procesos de introyección y proyección pueden obligarlo a realizar rápidas modificaciones de su estado de ánimo ya que se ve de pronto sumergido en las desesperanzas más profundas, o cuando elabora y supera los duelos puede proyectarse en una elación que suele ser desmedida. Los cambios de humor son típicos de la adolescencia y es preciso entenderlos sobre la base de los mecanismos de proyección y de duelo por la perdida de objetos; al fallar los intentos de elaboración, los cambios de humor aparecen como mini crisis maniaco-depresivas.

Ademas Aberastury postula que el adolescente debe afrontar 4 duelos para convertirse en un adulto.

1. El duelo por el cuerpo infantil: El adolescente sufre cambios rápidos e importantes en su cuerpo que a veces llega a sentir como ajenos, externos, y que lo ubican en un rol de observador más que de actor de los mismos.

2. El duelo por el rol y la identidad infantiles: perder su rol infantil le obliga a renunciar a la dependencia y a aceptar responsabilidades. La perdida de la identidad infantil debe reemplazarse por una identidad adulta en este transcurso surgirá la angustia que se supone la falta de identidad clara.

3- El duelo del cuerpo perdido: El texto dice que la principal diferencia es que en el modernismo, socialmente visto, el adolescente lucía un aspecto desgraciado, y que en el post-modernismo su cuerpo a pasado a idealizarse ya que constituye el momento en el cual se logra cierta perfección. El adolescente post-moderno deja el cuerpo de la niñez, pero para de ingresar de por sí en un estado socialmente declarado ideal, pasa a ser poseedor del cuerpo que hay que tener, que sus padres desean mantener, es dueño de un tesoro.

y un cuarto duelo, al cual no le da tanta importancia, que es el de la pérdida de la bisexualidad de la infancia.

Conceptos extraidos del Libro “la adolescencia Normal” de Aberasturi y knobel.


 
 
 

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